Uno de los métodos para conservar los alimentos a más largo plazo es la congelación. Al aplicarles bajas temperaturas se consigue detener la descomposición que provocan las bacterias y enzimas, a la vez que se mantienen sus condiciones para el consumo. En este artículo, se van a detallar algunos consejos para saber cómo congelar alimentos correctamente.
Debido al acelerado ritmo de vida actual y a las características que posee nuestra sociedad, el consumo de productos congelados sigue en aumento y es cada vez más frecuente en gran número de hogares. Este aumento puede deberse a varios motivos: la comodidad de este tipo de productos alimenticios, el ahorro de tiempo, las ventajas económicas, etc.
La industria alimentaria de los congelados consigue ofrecer mejores precios debido a que se suministran de las materias primas en los periodos de alta producción y fuertes bajadas de precio. Esto tiene como resultado que en ocasiones se ofrece al consumidor final precios más económicos para el congelado que para el mismo alimento fresco.
Con los avances tecnológicos e industriales, los métodos de congelación son cada vez más avanzados, consiguiendo mantener la mayoría de las características organolépticas y propiedades nutritivas del producto. Se consigue que no se reduzca el valor nutricional del alimento ni se vean perjudicadas las características de sabor, color, textura y olor.
Consejos para congelar alimentos
- Debemos congelar los productos de forma rápida y a muy baja temperatura para evitar que se formen grandes cristales de hielo que al descongelarse alterarán la estructura y las características del alimento.
- La congelación rápida debe producirse en temperaturas entre los 25ºC y los 30ºC bajo cero. Por su parte, para la conservación de productos previamente congelados la temperatura ideal será de 18ºC bajo cero.
- Los alimentos que se vayan a congelar deben ser frescos y de calidad. Evitando en lo posible aquellos que hayan pasado varios días en el frigorífico.
- Al igual que en el caso de los refrigerados, se deben separar los alimentos crudos de aquellos que hayan sido cocinados.
- Se recomienda congelar por porciones, utilizando para ello envases para separar las raciones. Esto además de ser un ahorro económico, tiene un beneficio ecológico ya que previene el despilfarro de comida.
- Si vamos a congelar platos ya cocinados, debemos esperar a que se enfríen antes de meterlos en el congelador.
- Son recomendables los envases de plástico para uso alimentario o de cristal apto para congelar que tengan tapadera. También son útiles las bolsas de plástico aptas para congelación.
- Es conveniente dejar un espacio vacío en los recipientes, sobre todo si congelamos líquidos que se expandirán durante el proceso de congelación. Así, evitaremos derrames y posibles roturas del propio recipiente.
- Un producto que haya sido previamente descongelado no debe volver a congelarse.
- Es altamente aconsejable utilizar el método «primero en entrar, primero en salir» (sistema PEPS o FIFO) para lo cual será fundamental anotar la fecha de congelación. De este modo, se consumirá primero aquella comida que haya sido congelada con anterioridad evitando que pueda quedar olvidada en el congelador.
Cómo descongelar alimentos correctamente
- La descongelación debe realizarse de forma lenta y en frío. Deberá producirse en el frigorífico, nunca a temperatura ambiente.
- Evitar el contacto entre los productos en descongelación y los demás que estén a la vez almacenados en el frigorífico. Es fundamental prevenir cualquier posible contaminación cruzada que pudiera llegar a provocar una intoxicación alimentaria.
- Colocar el producto que vamos a descongelar en un recipiente para evitar que pueda gotear sobre otras comidas que tengamos en la nevera. Se recomienda además el uso de una rejilla para separar el propio producto del líquido producido al descongelarse.
- Un producto descongelado debe consumirse en un periodo inferior a las 24 horas.
- Aquellos productos que no requieran descongelación previa (como verduras o platos precocinados) se podrán cocinar o preparar directamente sin necesidad de descongelarlos aplicando las instrucciones o técnicas indicadas por el fabricante en el propio envase.
¿Se puede volver a congelar un alimento descongelado?
No. No debemos congelar alimentos que han sido descongelados por razones de salud y de sabor.
Por motivos de salud, ya que al descongelarlo se habrán activado de nuevo los microorganismos y volverá a ponerse en marcha su maduración y descomposición. La comida descongelada se estropea antes que la recién comprada, así que si la volvemos a congelar, se multiplicarán los gérmenes y en la segunda descongelación el proceso de deterioro será muy rápido.
Por razones de sabor, debido a que cuando lo descongelemos el producto puede perder algunas de sus características relacionadas con las texturas, colores y sabores. Por lo que si repetimos el proceso al recongelar el producto, éste perderá aún más cualidades y propiedades nutritivas.
Como excepción, si el producto descongelado es un alimento fresco puede volver a congelarse tras su cocinado, ya que en este caso la cocción eliminará los microorganismos y bacterias responsables de su descomposición.
¿Qué alimentos se pueden congelar?
- VERDURAS
- FRUTAS
- CARNES
- PESCADOS
- PAN
- OTROS ALIMENTOS
Se trata del tipo de comestible más frecuente entre los congelados. Se desaconseja este sistema de conservación para aquellos vegetales que se coman en crudo, como ensaladas.
Se aconseja su congelación si luego vamos a utilizarlas para preparar batidos, zumos, helados o postres. Para ello, previamente debemos lavar, pelar y trocear la fruta antes de congelarla.
La carne y sus derivados suele tolerar bien la congelación. Debe limpiarse antes, nunca lavarlas. Las grasas se estropean con mayor rapidez que el resto de la carne por lo que se aconseja retirar los trozos de grasa visibles.
Se recomienda congelar únicamente producto muy fresco. Debemos lavarlo, quitarle las vísceras y antes de meterlo en el congelador secarlo muy bien para eliminar el agua.
Se suele recomendar que se congele cortado a rebanadas y dentro de una bolsa.
También podemos usar este tipo de conservación en frío para frutos secos e incluso hierbas aromáticas, así como algunos preparados útiles para cocinar: caldos, masas, zumos, mantequillas…
Entre los guisos y platos cocinados en casa se desaconseja que congelemos aquellos que lleven patata, los fritos y los que incorporen en su receta salsas emulsionadas, nata o harina. La pasta y el arroz cocido sí podemos pueden ser congelados, aunque perderán textura en la descongelación.
Organización y Orden
Como último consejo a destacar, de utilidad tanto para manipuladores de alimentos que trabajen en cocinas profesionales como para aquellas personas encargadas de cocinar en casa, es aconsejable mantener el congelador bien ordenado con los productos etiquetados con su fecha de congelación. Una buena organización optimizará los recursos que necesitamos al utilizar este sistema de conservación.
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